Las carreteras, una construcción que ha de pensar en el medioambiente. El entramado de carreteras convencionales, autonómicas y provinciales, incluidas autovías, y autopistas, en nuestro país ocupa nada más y nada menos que 150.000 km.

Y van in crescendo para mejorar las redes de comunicaciones, por lo cual, lógicamente, no se pueden trazar de cualquier manera, sino que han de seguir las instrucciones de proyectos de construcción diseñados por expertos para que sean seguras a todos los efectos, para evitar accidentes pero, también, para prevenir y minimizar los efectos colaterales de la climatología.

Mal nos iría si no se incluyeran en la construcción de carreteras las cunetas, los taludes y terraplenes, los desagües o balsas de decantación, porque estaríamos siempre expuestos al vapuleo de las inclemencias del tiempo.

En los planes de infraestructuras han de figurar:  La conservación y mantenimiento

Y esos planes de infraestructuras han de contemplar, asimismo, los proyectos de conservación y mantenimiento de las carreteras, para no despilfarrar recursos innecesariamente y atender, a la vez, al medioambiente.

Porque es innegable que, cada vez que se construye una carretera, si no se estudia muy en profundidad con el máximo respeto el entorno como hace el Grupo Grasa, se produce un impacto en los animales silvestres del ecosistema, así como en los ríos y lagos, elevándose incluso las aguas subterráneas y perjudicando a los recursos naturales de drenaje, a la capa vegetal y a las arboledas, puesto que muchas veces se requiere una tala masiva para hacer pasar una vía.

Tipos de vías y sus condicionantes a la hora de construirlas

Las carreteras convencionales suelen tener una única calzada con dos carriles de doble sentido, máximo tres en las cuestas para los vehículos pesados, y arcenes con cierto margen de hasta 2,5 metros. La velocidad máxima permitida es de 90 km/ h.

Las carreteras de la red de cada Comunidad Autónoma son las grandes conectoras entre municipios y centros laborales de distintas comarcas, por lo que el vaivén suele ser constante y, en ocasiones, podrían confundirse con autovías cuando se desdoblan.

La Red Provincial de Carreteras acoge las carreteras secundarias que las Diputaciones Provinciales consideran que han de complementar a las carreteras autonómicas.

Las autovías son parecidas a las autopistas pero pueden tener más curvas, tienen más accesos y salidas a pueblos y propiedades privadas o públicas y son aptas no solo para automóviles, camiones y autobuses, sino también para ciclistas, siempre que vayan por el arcén.

Las autopistas: es una construcción más compleja

Las autopistas tienen una construcción más compleja porque hay que tener en cuenta los enlaces para conectar con otras carreteras y las conexiones con las propiedades que quedan a ambos lados de cada banda.

Las cuales, por cierto, suelen estar separadas por una mediana para diferenciar claramente cada sentido y contar con arcenes y varios carriles por los que los vehículos pueden adelantar con suficiente holgura a un máximo de 120 km/h, velocidad que permite el hecho de ser mayormente rectilíneas, sin demasiadas curvas salvo necesidades del terreno.

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